El envejecimiento poblacional: un reto pendiente

06 | 07 | 15
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España es ya en la actualidad uno de los Estados más envejecidos del planeta. Ahora bien, esta tendencia no es aislada entre los países desarrollados lo que sí es muy particular es la aceleración del fenómeno. La esperanza de vida es la segunda más elevada del Mundo después del Japón: 85,6 años para las mujeres 80 para los hombres. De cara, al año 2030 las mujeres vivirán 88,7 y el hombres 84, es decir, en sólo 15 años la esperanza de vida crecerá en unos 4 años para ambos sexos … y el 2065 la esperanza de vida será de 94,3 y 90 años respectivamente. Es muy ilustrativo ver las pirámides de población de 1950 y 2015 confrontadas para ver cómo se redujo la base y el centro de la misma (niños y adultos).

Este proceso, es contradictorio. Por un lado, es sin duda positivo ya que denota el avance de tres elementos que forman un triángulo virtuoso: la ciencia que mejora la curación de enfermedades, la nutrición que, comparada con principios o mediados del siglo XX, ha llegado a más capas de población -y ha elevado la altura media de la misma- y la higiene que elimina muchas bacterias y disminuye la prevalencia de enfermedades relacionadas con entornos insalubres. Son tres factores prodigiosos que ya hubieran firmado nuestros ancestros. Ahora bien, también hay una parte, no negativa, pero sí más problemática: el envejecimiento de la población multiplica las posibilidades que ésta sufra lesiones musculares, de huesos o cognitivas. Hay que afrontarlo nos jugamos la calidad de vida de esta porción -creciente- de ciudadanos.

¿Cómo hacerlo? pues parece claro que se debe apostar por la supresión de las barreras arquitectónicas, es decir, todos aquellos elementos que dificultan e, incluso, imposibilitan el acceso de personas con movilidad reducida en el entorno urbano, los transportes , o en la viviendas. Con respecto a este último ámbito sobre el que Finques Feliu puede influir más, consideramos que las barreras a suprimir son las siguientes: nivelar escalones, sustituir suelos deslizantes -que son barreras como hacen caer las personas-, poner los buzones y otros elementos necesarios para la actividad diaria a la altura de un usuario en silla de ruedas y poner ayudas técnicas. Las ayudas técnicas que son elementos encaminados a suplir la falta o disminución de la fuerza de estas personas: asideros, banquetas para sentarse o suplir alturas, pomos de puerta adaptados o cubiertos adaptados. Hay que reseñar que la nueva ley de Propiedad Horizontal baja a la mayoría simple la necesaria para aprobar cualquier mejora para personas discapacitadas que además, sean propietarios o inquilinos tienen el derecho a reclamar judicialmente la implantación de estas medidas. En un segundo artículo hablamos de las subvenciones aplicables a las comunidades.

Es sin duda positivo el hecho de que se tome conciencia del problema, y ​​más aún que se facilite tomar medidas como las descritas, pero subsiste la duda de si, como sociedad, seremos lo suficientemente rápidos para afrontar el cambio que requiere el envejecimiento.